Las experiencias gastronómicas y relacionadas con el vino se han convertido en un factor para seleccionar los destinos de los viajes de ocio.
La popularidad del enoturismo ha vivido un crecimiento continuo en los últimos años y lo sigue haciendo, ya que los expertos creen que solo está operando a un 20 % de su potencial y que podría duplicarse fácilmente en un futuro próximo. Entre los motivos que explican la expansión de este movimiento se encuentran las «rutas del vino», itinerarios especializados por regiones vitivinícolas, y eventos anuales que atraen a millones de turistas a los viñedos.
Aparte de ofrecer una oportunidad para ver dónde y cómo se produce tu vino favorito y descubrir varios vinos, el enoturismo te ofrece la oportunidad de aprender sobre cuestiones culturales y tradicionales de la elaboración del vino y la vida rural.
Y, aunque el vino es el foco principal de este tipo de turismo, también te permite descubrir zonas rurales y su naturaleza, y degustar otros productos agrícolas, como el aceite de oliva y una gran variedad de productos y gastronomías regionales. Así pues, si eres un turista con ganas de descubrir una región vitivinícola, tienes el mundo a tus pies.
Descubre cómo disfrutar al máximo de tu experiencia:
Planifica tu itinerario: es posible que debas hacer una reserva previa en tu bodega favorita.
Piensa en el transporte: comprueba si hay visitas organizadas, llama a un taxi, alquila un minibús con conductor, o designa a un conductor responsable entre los miembros del grupo.
Que no te dé vergüenza escupir durante la cata: pide a tu guía que te enseñe, bebe agua para enjuagarte la boca entre vinos y ten siempre un tentempié a mano.
Si estás embarazada, eres menor de edad o simplemente no quieres beber vino, pregunta a tu guía por las opciones sin alcohol.